miércoles, septiembre 20, 2006

bueno, me atrevi a sentarme denuevo aki a escrivir, kiero escrivir un cuento, xq los ensayos y criticas noo llevan a nada, de eso me dado cuenta, asike denuevo me voy a tratar de hundir en esta imaginacion un tanto extraña que tengo y vea,os que resulta.
"Huvo alguna ves, en algun lugar de la tierra, el cual no se cual es,una peueña playa, de arenas blancas y cielos siempre azules, dicen que esa playa estava en un hermoso pais llamado chile, aquella playa era famosa entre los habitantes del mar por su frecunte uso para hacer reuniones entre los grandes lideres marinos, ademas no era dificil encontrar al gran poseido, haciendo carreras de delfines con su amigo neptuno, un dia un barco mercante,perdido de su rumbo encallo en tan bello paraje, sus tripulantes, bajaron a la blanca arena pensando que muertos estavan, buenas razones tenian para pensarlo, muchas sirenas y tritones los miravan atonitos, los tripulantes muy azustados havansaban en busca de algo de agua o comida, cuando derrepente el gran poseidon se aparecio frente a sus atonitos rostros, fue un espectaculo magestuoso, el inmenso carruaje salio del embravecido mar, con sus ruedas de oro y plata, y sus adornos de ambar y diamantes, era realmente un carruaje digno de un dios, derrepente del carruaje se baja un hombre d aspecto fornido, con una gran barba blanca, y u majestuoso tridente, y le habla con vos tosca
- "quienes son ustedes"
y los marineros contestaron"- somos unos buenos marinos mercantes que venimos en pas y nos perdimos en tu enfurecido mar"
-bueno, creerles devo pues soy un dios de respeto por mi mar y si este los huviese encontrado mal, muertos sin piedad abrian terminado
- pedimos tu misericordia mi buen señor. solo algo de agua y comida queremos llevar
- esta bien sus biveres voy a dar pero el secreto de este lugar deven guardar
-esta bien señor por lo mas sagrado lo juramos ahora a nuestros barco nos vamos
y asi aquella tripulacion partio de aquel hermoso lugar, donde tantas sirenas se vio cantar,los tritones, peces y estrellas de mar con alegria se les vio nadar, alrededor de aquel barco que esperanza les vino a dar, esperanza les dio pues una señal clara quedo, un asercamiento entre el hombre y el dios ahì quedo, asi el hombre por fin entendio que sin odio y con educacion la tan esperada paz logro.

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